IOM HAZICARON
Día del Recuerdo de los Caídos en los combates de Israel y de las víctimas del terrorismo
Regresamos hace instantes de una ceremonia de Iom Hazicaron llevada a cabo por los tzofim que constituyen un movimiento juvenil en Israel.
El país se inunda de una tristeza profunda. La radio, los programas de televisón, reflejan las historias de los soldados caidos en los diferentes combates de Israel, relatan los testimonios de los padres que pierden a sus hijos, se escuchan canciones relacionadas con la pérdida, el recuerdo y la tristeza de perder a nuestros jóvenes que luchan por el Estado de Israel.
Iom Hazicaron comenzó con el sonido fuerte de una sirena que es la misma que suena frente a las guerras. Un sonido persistente y ensordecedor por su sentido. Ante él agachamos la cabeza y le damos identidad a cada uno de los adolescentes, jóvenes, adultos, mujeres y madres a quienes rendimos homenaje. El Shofar marca el fin de la sirena y el comienzo de todos los actos que suceden simultaneamente a lo largo del país.
Un día para recordar, para conocer las historias de nuestros soldados caídos, de las víctimas de los atentados terroristas y rendirle a todos ellos nuestro mayor tributo.
Aquel que soñó
Aquel que soñó y el sueño le quedó
Aquel que soñó, no olvidará lo que ha soñado
Aquel que permaneció en vela toda la noche, ya verá la luz del día
Aquel que partió, ya nunca regresará.
Aquel que prometió, no dejará su espada
Aquel que fue llamado, marchó a la cabeza de todos
Aquel que amó, aun lo esperan muchos amores
Aquel que partió, ya nunca amará.
Y las montañas aun arden en el fuego del amanecer
Y aun sopla la brisa marina del atardecer
Miles de flores aun alegran los corazones
En múltiples floraciones
Aquel que partió, ya nunca más esto verá.
Aquel que soñó, y su sueño se cumplió
Aquel que soñó y la voz de los triunfadores escuchó,
Aquel que pasó toda la noche, y la luz del día vio
No dejará que olvidemos a los que se marchan.
Aquel que prometió y su promesa logró cumplir
Aquel que logró regresar de los caminos
Aquel que sufrió, pero comprendió que el dolor es mudo
No dejará que olvidemos a los que se marchan.
Y las montañas aun arden en el fuego del amanecer
Y soplará la brisa marina al atardecer
Miles de flores aun florecerán en y entre los hoyos las hasta que den testimonio de que hemos recordado a todos
D Manosi
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